domingo, 21 de julio de 2013

Día 5: Y la noche se hizo día

Siempre nos han dicho los profes de mates que el orden de los factores no altera el producto y, la verdad es que hasta el momento hemos coincidido todos en que era correcto, pero hoy hemos vivido la excepción que confirma la regla.

Es verdad, que en un principio no entendíamos qué pasaba a los monitores porque nos despertaron dándonos las buenas noches y cantamos el Aleluya, canción que siempre interpretamos antes de ir al saco de dormir. Además, en vez de desayunar fuimos a cenar, aunque la verdad es que el pan que comimos se parecía mucho más a un desayuno.

Después, al ir el día al revés del orden lógico, nos libramos de pasar revista y fuimos directamente a hacer el juego de la noche que se parecía al escondite, pero al contrario y que encima nos hicieron llevar linterna, pese al sol que había.

Al final, poco a poco, nos fuimos enterando de este cambio de orden y por eso no nos extrañamos cuando los monitores nos llamaron a merendar por la mañana, justo antes de la ducha.

Curiosamente, el único punto que ha coincidido con cualquier otro día ha sido la comida ya que se encuentra al ecuador de la jornada y, además, no estábamos dispuestos a renunciar a los macarrones que nos esperaban desde el comedor.

Pero no creáis que todo el día ha sido eso, también nos hemos acordado de vosotros y hemos estado ensayando cantos para que mañana nos veáis cantando como un auténtico coro profesional.

Después estuvimos en la piscina y ya notamos que estaba algo más calentita el agua que otros días, pero más de uno y más de dos acabaron tiritando por no  querer salir de la piscina.

Ya, por último, antes de desayunar hicimos deportes, pero tampoco eran normales. Imaginad jugar al fútbol con las manos e intentando no meter gol, al baloncesto con los pies, al volleyball con los pies atados o al baseball con la pierna izquierda. Una locura, la verdad, pero al final nos lo pasamos bomba y fuimos muy competitivos.

Cuando empezaba a anochecer fuimos a comer y justo después hicimos una gymkhana, pero al revés, los monitores eran los que se movían de prueba en prueba y nosotros estábamos fijos en un sitio. Por ejemplo, hicimos el juego de la silla, pero intentando no sentarse, un juego de presentación, pero presentando al de al lado y diciendo que le gusta algo que odie... Nos hemos divertido mucho y ha sido muy gracioso ver a monitores como acampados.

Ya, al final del día marchamos al anfiteatro para hacer el gran grupo, en el que Álvaro nos comentó el valor del día, que no era ni más ni menos que la creatividad e iniciativa, algo que está totalmente relacionado con hoy.

Por último, cantamos los himnos del Campamento y nos fuimos a hacer una experticia, la de sueño. De hecho, seguiremos haciéndola hasta mañana por la mañana, momento en el que muchos nos reencontraremos con vosotros.

¡Hasta mañana!


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