miércoles, 24 de julio de 2013

Días 7 y 8: Superhéroe, ya soy un Superhéroe


A falta de cinco días para dar por terminado el Campamento podemos concluir que todos y cada uno de los acampados somos ya unos superhéroes.

Tanto Lobatos como Troperos hemos demostrado que somos un portento ya que hemos coronado sin ningún tipo de problema Cueva Valiente, un pico de más de 1.900 metros de altura.

El lunes salimos los Lobatos y pese al miedo a la subida fuimos capaces de llegar a la hora de comer al punto donde comenzaba la ascensión, ahí recargamos bien las pilas, cogimos fuerzas y descansamos bien para comenzar la temida subida.
Mientras, los de Tropa estábamos colocando toda lo mochila y es que los monitores, un poco pesados, han querido ser previsores para que no se nos olvide nada, además, para poder salir pronto por la mañana y, así, evitar las horas de calor andando.

Cuando ya habíamos acabado de recoger las mochilas, Carlos Mulas, con sus prismáticos, nos avisó de que los Lobatos acababan de coronar la cima, algo que hizo motivarnos de cara a mañana. Por otro lado, los Lobatos teníamos un cruce de sensaciones entre cansancio, emoción y sorpresa al descubrir las vistas que nos rodeaban, de hecho, muchos de nosotros no habíamos estado tan cerca del cielo en nuestra vida.

Tras disfrutar un rato en la cumbre tuvimos que bajar para poder colocar los sacos antes de que anocheciera. Los que nunca habíamos hecho marchas así, creíamos que era más fácil bajar que subir, sin embargo, un par de resbalones nos hicieron cambiar de opinión y que estuviéramos con mil ojos en el suelo.

Cuando llegamos de nuevo al pie del pico nos pusimos a buscar un buen sitio para dormir y  justo en ese momento llegó Carlos con la cena, que era igual que la de Tropa. Precisamente, los Troperos por la noche hicimos un juego corto y vimos un vídeo motivador de cara a la Supervivencia.


Para ese momento los Lobatos ya estábamos durmiendo y descansando para poder volver al Campamento por la misma ruta. 

A la mañana siguiente mientras unos volvíamos otros íbamos rumbo a Cueva Valiente, eso sí, en una ruta más exigente, de hecho, de los Pioneros solo se atrevió a acompañarnos uno, ya que el resto estaban con Lobatos. 

Nuestra ruta estaba formada por cuatro picos: el Alto del León, el Cerro Piñonero, Cabeza Líjar y, por último, la deseada Cueva Valiente.

Poco a poco fuimos subiéndolos y para la hora de comer ya habíamos pasado por el Alto del León, el Cerro Pìñonero, Cabeza Líjar y ya estábamos a pies de Cueva Valiente, en estos momentos los Lobatos estábamos poniéndonos limpitos en el Campamento y tras la comida nos relajamos dándonos un largo chapuzón.

Los Troperos estuvimos descansando para subir Cueva Valiente y, desde luego, tras la subida, todos corroboramos lo que nos dijeron los monitores durante todo el camino, la Supervivencia no es un castigo, las vistas merecen la pena y el que algo quiere, algo le cuesta.

Cuando, Tropa estábamos en plena ascensión, los Lobatos estaban tranquilamente haciendo unos talleres de máscaras de superhéroes. 

Hemos de reconocer que todos estábamos muy cansados y por eso nos dormimos bastante pronto, eso sí, los Lobatos vimos Rompe Ralph antes de acostarnos.

Ya por la mañana, Tropa volvimos por la ruta de Lobatos, más cortita para llegar tranquilamente a la Campa, lugar que cuando llegamos, para nuestra sorpesa, estaba totalmente vacío, pero en realidad era una sorpresa de los Lobatos, que nos esperaron en el Anfiteatro para ovacionarnos, incluso, alguno se puso hasta rojo.

Por tanto, pocas pegas podemos poner a estos dos días en los que hemos descubierto valores como la superación, el esfuerzo o la empatía. Además, hemos descubierto nuevos aspectos de la naturaleza y lo que es la satisfacción de conseguir un reto complicado.

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